viernes, 28 de octubre de 2016

Lo que vivo es lo que soy. Bases y fundamentos.

Me ocurre a menudo que la cabeza se me llena de palabras. Me ocurre a menudo que no encuentro a nadie que me pueda comprender. Y mucho más a menudo me ocurre que de tanto retener esa cascada de palabras, acabo desbordándome.

Y muchos días, sobretodo si es otoño y las tardes tienen esta luz equinoccial de hoy, se me desbordan primero las palabras, y luego ya, en mi iglú, brotan las lágrimas de pura melancolía.

Porque tengo tantas cosas dentro que necesito sacarlas a pasear, ventilar las emociones, refrescar los pensamientos. Necesito una ventana, una pantalla en blanco, el espacio necesario para plasmar las ideas, pensamientos y otros aires que habitan mi cabeza.

Y siento que necesito mi espacio, mi lugar íntimo donde expresarme. I justo en el momento en que ha aparecido ante mi ese espacio, las palabras, ideas y pensamientos han huido, dejándome de nuevo sola, justo en medio de mi iglú. Y me quedo con este desasosiego, y con un eco de tristeza en los posos del café.